La característica más llamativa del edificio es la tridimensionalidad de la fachada, creada a través de rasgaduras geométricas que cortan el concreto, como si hubiera la reacción de un cuerpo en cada rasgadura: una especie de ampolla. Este efecto geométrico crea la ilusión de ondulación y movimiento y se adapta a la fachada que da al parque, donde las aberturas son mucho más grandes y el efecto de protrusión es menor. Este diseño hace un mejor uso de las vistas del parque manteniendo la coherencia conceptual del edificio. La geometría de las aberturas se enriquece con el brillo del aluminio dorado de los marcos minimalistas.